domingo, 10 de julio de 2011

Leyendo la Biblia

Si preguntas a un católico cómo es su dios, jamás te responderá basándose en el antiguo testamento. En primer lugar, porque probablemente ni lo conozca, y en segundo lugar porque si lo conociera sería el primer interesado en ocultar su contenido.

Resulta curioso que alguien que cree en la existencia de un ser todopoderoso no se moleste en leer su best-seller. ¿Para qué leerlo, si ya ví la peli? Entiéndase por "peli" las innumerables películas religiosas que antes se "fumaban" en semana santa, lo que contaban en clase de religión, en catequesis, o los discursos dominicales de los curas.

Basándose en lo que les han contado, los católicos califican la Biblia como un texto sagrado, escrito por un ser todopoderoso y omnipresente lleno de amor,  bondad y sabiduría. Más les valdría leerla, porque lo que les han contado no es fiel reflejo de lo escrito, sino sólo una interesada selección de aquellos fragmentos que no contienen barbaridades.

Basta con leer el génesis, y verás que tu dios creó a la mujer como ser subordinado al hombre.
Comprobarás también que la esclavitud era algo perfectamente normal y válido para tu dios.
Podrás leer con tus propios ojos como un hombre casado tiene licencia para "tomar" a las esclavas de su mujer (o mujeres, porque también hay polígamos entre los bendecidos por la mano de tu dios) y procrear con ellas.
Observarás como tu dios considera "normal" entregar a tus hijas vírgenes a una masa de violadores para evitar que abusen de tus huéspedes varones.
Te asombrará ver como Abraham, protegido de tu dios, "presta" su mujer Sara (quien, por cierto, compartía padre con Abraham) al faraón (y posteriormente también al rey de Guerar), consiguiendo a cambio todo tipo de beneficios materiales. Curiosamente, tu dios no castigó al proxeneta ni a la prostituta (a quienes continuó considerando sus protegidos), sino sólo al cliente, quien ni siquiera sabía que aquella mujer estaba casada.
Te asustará comprobar como tu dios no duda en matar al que no obedece, tanto con el diluvio como posteriormente en Sodoma y Gomorra.

A esto le podemos unir todo tipo de situaciones dignas del más esperpéntico culebrón, como hijas emborrachando a su padre para violarlo y tener descendencia con él, y un larguíiiiisimo etc.

Y todo ello sin tener en cuenta la creación, que ya en sí misma es prueba más que evidente de que quien la escribió tenía menos idea de ciencias naturales que Zapatero de lucha contra el paro. Leerás cosas absurdas como que el sol, la luna y las estrellas fueron creados dos días más tarde que la luz, el día y la noche, y uno más tarde que las plantas. Cosas como que el firmamento sirve para separar las "aguas superiores" de las "aguas inferiores", o que toda la humanidad procede de una única pareja. También podría habérsele ocurrido poner dos parejas, y les evitaba de paso tener que cometer incesto para perpetuar la especie.

¡Y todo esto sólo en el génesis!

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