viernes, 22 de abril de 2011

Publicidad 1, Criterio propio 0

Si miras a tu alrededor, verás a más de una persona que no sólo está influenciada por la publicidad (todos lo estamos), sino que además hace suyos los lemas aprendidos y se convierte, además de en consumidor, en promotor convencido y defensor a ultranza de "sus" marcas.

Hablo de esa gente que, por usar determinada marca se siente más importante, y por supuesto los que no la usen son seres inferiores de los que conviene burlarse. Gente que dice usar productos de marca "X" por su calidad, pero que tiene buen cuidado de que la "X" sea bien visible para el resto de los mortales. ¿Acaso compraría los mismos productos si el prestigioso logotipo no fuera visible? Sospecho que no.

Por supuesto, cada uno tiene derecho a elegir lo que considere oportuno, pero cuando un individuo se siente identificado con una marca hasta el punto de creer que su valía depende de lo que compra... algo falla. Y lo malo es que este fenómeno se produce en casi todos los ámbitos, desde la alimentación al vestido, pasando por los coches, la informática o los teléfonos móviles.

El colmo de la necedad se ve en aquellos que, teniendo dificultades para llegar a fin de mes, no dudan en gastar lo que sea "necesario" en ciertos productos "de prestigio", aunque ello conlleve tener que reducir lo que comen o incrementar las ya abundantes deudas.

Se trata, en definitiva, de gente que ha asumido como propios los objetivos que la publicidad les ha inculcado. Mientras más parecida sea su vida a la que se ve en los anuncios, más realizados se sentirán y más felices se creerán. Y ni siquiera se dan cuenta de que no piensan por sí mismos, sino que son meros reproductores de lo que escuchan y ven. Si no pueden tener lo que sale en la tele, se sienten frustrados, a pesar de que si se pararan un poco a pensar se darían cuenta de que no lo necesitan para nada.

Si eres de los que se sienten realizados al comprarse calzado de marca, al conducir un vehículo de gama alta, o al exhibir un aparato electrónico del que nunca usarás más de un 10%, te compadezco. Si crees que vales más por tener cosas de más precio (que no necesariamente valor), es que realmente no vales más que lo que posees.

No hay comentarios:

Publicar un comentario